Las brochas y pinceles de maquillaje son esenciales a la hora de sacar más partido a nuestros productos y dejar un mejor acabado en el maquillaje. Por eso tenemos que cuidarlas y tenerlas perfectas.
Lo recomendable es limpiarlas como mínimo 2 veces al mes para que no se acumule suciedad y bacterias, las cuales favorecerán a que te salga acné e imperfecciones en la piel.
1. Sacude tus brochas sobre un kleenex o pañuelo descartable para deshacerte del exceso de maquillaje.
2. Una a una, pon cada brocha bajo el chorro de agua, así continuarás eliminando el maquillaje que tengan.
3. Ahora viene la parte más importante, tienes que lavar el pelo suavemente. ¿Con qué? Si lo prefieres puedes usar un limpiador especial para brochas, M.A.C y Mary Kay tienen productos que son muy buenos, o si buscas algo más económico puedes encontrar uno en KIKO, por otra parte puedes usar jabón neutro y el resultado sera también muy bueno. Pon un poco de jabón en las cerdas y tállalas suavemente con las yemas de tus dedos o sobre la palma de tu mano.
4. Al terminar, vuelve a colocarlas bajo la llave del agua, siempre en posición vertical. Si notas que el agua no sale transparente puedes repetir el procedimiento de lavado.
5. Llegó el turno de secarlas. Colócalas, de forma horizontal, sobre una toalla de papel absorbente. Nunca las pongas a secar de forma vertical, ya que si lo haces con las cerdas hacia abajo las deformarás y si las pones boca arriba, el agua que quede en las cerdas se escurriría hacia el mango, deformándolo.
De preferencia hazlo un domingo, que no tengas pensado usarlas, para que puedan secarse bien.
Después de limpiarlas seguro notarás que su pelo está más suave y que tu maquillaje se desliza mejor.
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